Artículo realizado por Venancio Galán Cortés, historiador del arte y museologo, sobre mi persona, para el Boletín "Divina Misericordia 2017" editado por "La Pontificia y Real Hermandad Sacramental del Señor San José y Animas y Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia" (del Silencio).
"Miserere mei Deus"
Nacido en Granada, el 9 de agosto de 1978, José Montes pronto mostraría interés por el noble arte de la pintura. De formación meramente autodidacta, pasó por el bachillerato artístico, tras lo cual se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad. Lleno de ganas de seguir evolucionando y formándose, se matriculó en la facultad de bellas artes, pero fueron diversos avatares los que le impidieron seguir cumpliendo su formación universitaria. Este varapalo no lo hizo abandonar su sueño de pintar, y decidió formarse por sí mismo, aprovechando los conocimientos que iba obteniendo de los diferentes cursos que iba realizando. Podemos decir se ha hecho así mismo, investigando, leyendo, conociendo y preguntando, algo que lo dota del rasgo más característico de su personalidad: una gran humildad.
Pero aquellos comienzos algo truncados quedaron lejos en el tiempo, ya que tiene a sus espaldas una década llena de trabajo y éxitos. Ha realizado exposiciones tanto de temática sacra como profana, algo que nos muestra la versatilidad que tiene a la hora de abarcar el campo de la pintura, imágenes de vírgenes y cristos, toreros y abstractos han salido de su paleta, para mostrar su mundo interior en varios locales públicos. Entre sus obras destacadas y más queridas, se encuentra la Virgen de la Merced peregrina de Quito, un cuadro bendecido y venerado en la iglesia de Santa María de Cádiz, donde recuperó una iconografía perdida por un incendio, y para lo que se inspiró en una serie de grabados que luego dotó de color. Otra de sus obras más queridas es la Gran Madre redentora de almas, y es que el artista tiene una conexión especial con la priora perpetua de las Madres Carmelitas de la Antigua Observancia como él mismo afirma. Ha pintado al Señor de la Amargura, a la Virgen de los Reyes y a Nuestra Señora de las Lágrimas, titulares éstos de su hermandad. Su afán por patentar y continuar con las tradiciones más castizas de nuestra ciudad, lo han hecho colaborar con dicha hermandad para el tradicional concurso de escaparates con motivo de la celebración del Corpus, el cual tenía como motivo central un cuadro suyo, en el que pintó la custodia, obteniendo premio. Responsable también de crear y pintar la arquitectura efímera del altar que fue galardonado en 2016 en este mismo concurso con el primer premio.
Su fuente de inspiración es la escuela granadina, donde han sido los grandes maestros quiénes lo han marcado, tanto en su modo de entender el arte, como es su proyección: Alonso Cano y sus dos mejores discípulos, Pedro Atanasio Bocanegra y Juan de Sevilla, les sirven de inspiración, donde el tenebrismo, las escenografías y el color, le ayudan a la hora de componer sus pinturas. Pero realmente se ha sentido marcado por la obra de José de Mora, las esculturas de este artista, la policromía que en ellas utilizaba, así como la vida personal de este desaparecido imaginero, han dejado una huella en su hacer. Su afán por conocer el arte, también hará que siga el trabajo de los artistas locales que actualmente se dedican a trabajar, con la única intención de seguir aprendiendo.
A la hora de concebir una obra, no es el típico artista que se rige por unos cánones estrictos y decimonónicos, sino que podemos decir, que su obra, está muy alejada del tópico. Es por ello por lo que estamos ante un pintor muy arriesgado, libre, que no sigue las normas preestablecidas, pero que, a pesar de tener un sello muy personal, el cual está marcado por el uso del color y las líneas.
La decisión para que José Montes ilustre el boletín de la Pontificia y Real Hermandad Sacramental del Señor San José y Ánimas y Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, ha sido una de las oportunidades que estaba esperando, un privilegio ansiado por él mismo, ya que uno de sus mayores deseos era pintar a la imagen cristífera. La preparación de su próxima exposición, en la que lleva trabajando desde hace más de un año, le ha permitido acercarse más si cabe al autor del mismo, ya que la muestra está dedicada a la obra de José de Mora. Para ilustrar la portada de este boletín se ha decantado por un primer plano del sagrado titular. Consciente de la responsabilidad que tenía, indagó para conocer las portadas publicadas anteriormente, y sería precisamente este repaso, lo que le hizo decantarse por una representación que no ha realizado ninguno de sus predecesores. El resultado final es el detalle de la cabeza del Cristo, el cual se dispone sobre un fondo grisáceo en el que tímidamente apreciamos la típica cruz de taracea tan característica de esta cofradía. En la parte baja un juego de lirios morados, símbolo de lo sagrado, la penitencia, pero también de la pasión y muerte del Señor.
Esta obra es la que marca el cambio, la transición de nuestro artista, donde se aprecia una evolución, tanto en su manera de pintar, como en el uso del color. Claramente podemos ver un cambio personal algo que se refleja exteriormente en su trabajo. A pesar de ese sello tan particular al cual ya hemos hecho mención, donde el color y las líneas marcadas han sido su firma, ahora vemos al Montes más personal, más maduro, de ideas claras, que retoma la obra tantas veces como ésta lo precise para que esté perfecta. Donde se decanta por una gama cromática, menos agresiva, más relajada y acorde con la obra.
Hoy, conocemos un poco más al que puede ser el artista más desconocido de nuestra ciudad, el que a pesar de sus diferencias respecto a la pintura de los demás, no debemos alejarlo, sino valorarlo, debido a la pluralidad que debe de haber en un campo como es el arte sacro. A pesar de que no se considera un pintor para el gran público, todo artista tiene una obra que lo encumbra, que lo hace reconocido, esperemos que esa obra sea la portada de este boletín.
Venancio Galán Cortés
